Muchos estadounidenses dependen de los medicamentos fabricados por las grandes compañías farmacéuticas para su salud y bienestar. A veces, esas compañías farmacéuticas saben de los efectos secundarios dañinos de los medicamente que producen y no advierten al público. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) rige la fabricación y venta de medicamentos, pero a menudo no toman medidas para sacar del mercado un medicamento hasta que se descubren sus efectos peligrosos. Esto puede resultar en lesiones o la muerte antes de la recuperación del medicamento.
La concepción general es que la FDA realiza todas las pruebas de medicamentos, pero este no siempre es el caso. A veces, los laboratorios financiados por los fabricantes de medicamentos prueban los fármacos. Junte esto con la incapacidad para determinar los efectos secundarios de los medicamentos a largo plazo y el resultado puede ser desastroso.