En algunos estados, los menores no tienen derecho a un juicio con jurado a menos que se los juzgue como adultos. Si se les juzga como un menor, un juez decidirá sobre el caso del acusado. El menor no tiene derecho a libertad bajo fianza y el público no tiene acceso al juicio ni a la información sobre el menor, los cargos o la sentencia.
La mayoría de los estados ni siquiera definen el comportamiento del menor como un delito. Los crímenes se llaman actos delictivos, aunque algunos de esos actos se considerarían crímenes si hubiesen sido cometidos por un adulto. El juicio se llama audiencia de adjudicación. En ella, un juez escucha las evidencias y determina si el niño es un delincuente. El tribunal puede tomar cualquier medida que considere que sea para el mejor interés del niño. El objetivo del tribunal de menores es rehabilitar al acusado en lugar de castigarlo.