Recientemente, se ha hablado en las noticias sobre la grabación de conversaciones telefónicas y en persona. El suceso en el que Omarosa Manigault Newman contó que había grabado el momento en que la despidió el jefe de gabinete John Kelly y una posterior llamada telefónica con el presidente Trump, puede hacer que la gente crea erróneamente que grabar conversaciones es una práctica común y que no deriva en problemas legales. Sin embargo, según las circunstancias, grabar conversaciones o llamadas telefónicas en secreto puede ser ilegal.
La ley federal le permite grabar una conversación si usted es una de las partes involucradas, o bien si una de las partes que participa en la conversación le ha otorgado su consentimiento para que esta se grabe. La mayoría de los estados y el Distrito de Columbia tienen normas similares en relación con la grabación de conversaciones. Sin embargo, tanto la ley federal como las leyes de algunos estados imponen ciertas restricciones para este tipo de grabaciones. La Ley de Espionaje (Espionage Act) federal prohíbe grabar o divulgar información clasificada. Además, al menos en algunas circunstancias, catorce estados (California, Connecticut, Florida, Illinois, Maryland, Massachusetts, Michigan, Montana, Nevada, Nuevo Hampshire, Oregón, Pensilvania, Vermont y Washington) exigen el consentimiento de todas las partes involucradas en la conversación antes de que esta pueda grabarse. Existen algunas excepciones al requisito de consentimiento. Por ejemplo, Illinois permite que se grabe una conversación sin el consentimiento de todas las partes, si esta ocurre en un lugar donde no se puede esperar tener privacidad (como en el medio de la calle),mientras que Oregón, en términos generales, permite que se graben conversaciones telefónicas con el consentimiento de una sola de las partes, pero exige el consentimiento de todas las partes para las comunicaciones en persona.
Por supuesto, todas estas normas exigen que, si quiere grabar una conversación, usted debe ser uno de los participantes o asegurarse de que al menos uno de ellos esté al tanto de lo que está haciendo y dé su consentimiento. Es decir, a excepción de algunos pocos y específicos casos, no puede grabar una conversación que escucha, pero en la que no participa.
En muchos estados, está permitido u otros funcionarios públicos, dado que trabajan en beneficio de la población. Si bien, la tendencia legal es permitir que se graben las conversaciones, es importante conocer la ley de su jurisdicción y cualquier restricción vigente.
Kathleen Davies es escritora para GetLegal.com. Es graduada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan, se ha desempeñado como abogada, y se ha dedicado a enseñar redacción jurídica y abogacía.