Una visa H-1b brinda a los empleadores la oportunidad de contratar trabajadores extranjeros temporales en ciertas ocupaciones especializadas. El H-1b es lo que se conoce como una visa de “no inmigrante”, lo que significa que los trabajadores en los Estados Unidos con este tipo de visa no tratan de alcanzar el estado de residencia permanente, y solo pueden permanecer en el país siempre que estén empleados en el trabajo específico para el cual obtuvieron la visa.
A efectos impositivos, un trabajador con una visa H-1b puede clasificarse como extranjero residente o no residente. Si se lo considera un extranjero no residente, el trabajador solo tendrá que pagar impuestos sobre los ingresos obtenidos en los Estados Unidos. Los extranjeros residentes pagan el impuesto federal de la renta de los Estados Unidos sobre todas las ganancias.
Para determinar si un trabajador es un extranjero residente o no residente, el Servicio de Impuestos Internos aplicará lo que se conoce como la “prueba de presencia sustancial”. Si se descubre que el trabajador H-1b tiene una presencia sustancial en los Estados Unidos, será considerado un extranjero residente. Las pautas generales para establecer una presencia sustancial son:
- El trabajador debe haber estado físicamente presente en el país por un mínimo de 31 días durante el año fiscal para el cual se presentó la declaración.
- La suma del número total de días en el país durante el presente año fiscal, más un tercio de la cantidad de días en el año fiscal inmediatamente anterior al año de presentación, más un sexto de la cantidad de días del año fiscal anterior al penúltimo año antes de la presentación, debe ser de al menos 183.
Es importante tener en cuenta que deben aplicarse los dos criterios anteriores.