El Adderall y el Ritalin son psicoestimulantes que se utilizan para tratar el déficit de atención y el trastorno de hiperactividad. Ambos trastornos afectan comúnmente a los niños, pero muchas veces continúan manifestándose en la adultez.
El trastorno por déficit de atención (ADD, por sus siglas en inglés) se caracteriza por períodos cortos de atención, la incapacidad para concentrarse y la falta de autocontrol. El trastorno de hiperactividad y déficit de atención (ADHD, por sus siglas en inglés) tiene síntomas muy similares al déficit de atención, además de síntomas adicionales de comportamiento impulsivo e hiperactivo. Ambas condiciones médicas se tratan en forma similar con medidas psicológicas y sociales o con medicación. Por desgracia, los padres y los médicos a menudo han tomado decisiones para evitar evaluaciones psicológicas más profundas y obtener, en cambio, una “curación rápida” que creen que el Adderall o el Ritalin pueden lograr. Con frecuencia, estas decisiones se toman apresuradamente y tienen como consecuencia efectos secundarios destructivos.
Como el Adderall es una anfetamina, encierra un potencial riesgo de adicción. Otros efectos secundarios incluyen el aumento del ritmo cardíaco, alucinaciones y presión sanguínea alta. También se ha informado el síndrome de Tourette, un efecto secundario muy poco común del Adderall.
Muchos incidentes fatales y no fatales relacionados con ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares han sido asociados con el consumo de Adderall. Otras lesiones han llevado a entablar demandas contra Shire Pharmaceuticals, los fabricantes de Adderall, alegando que la compañía fue negligente al comercializar el medicamento.
Ritalin ha causado preocupación debido a los efectos secundarios que producen ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y aumento de la presión sanguínea.
Al igual que el Adderall, se ha demostrado que el Ritalin encierra el riesgo de posible dependencia. Los estudios también han demostrado que el Ritalin ha tenido efectos en el desarrollo cerebral similares a los efectos provocados por el consumo a largo plazo de cocaína. Además, se ha demostrado que el Ritalin produce el síndrome de abstinencia una vez interrumpido su consumo.