Avastin, el nombre del comercial del Bevacizumab, fue aprobado por primera vez por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en 2004, como tratamiento para ciertos tipos de cánceres. Específicamente, Avastin se ha utilizado durante la quimioterapia para retardar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Su uso inicial se dio en el tratamiento del cáncer de colon, pero desde entonces ha sido aprobado para el tratamiento de pulmón, renales, ovarios y ciertos tipos de cánceres cerebrales.
Los profesionales médicos han expresado su preocupación sobre el uso de Avastin, ya que inhibe el crecimiento de las células sanguíneas, y puede impedir que el cuerpo lleve a cabo procesos naturales de curación. Los estudios también han demostrado que Avastin puede provocar presión arterial alta y aumenta el riesgo de sangrado incontrolado. También se han documentado fatiga excesiva y riesgo creciente de infección.
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